Hasta ahora siempre que queríamos domiciliar un recibo o realizar una transferencia a una cuenta dentro de nuestro país necesitábamos como dato principal el CCC o Código Cuenta Cliente:
Entidad
Oficina
D.C.
Número de cuenta
Pero este sistema de identificación de una cuenta sólo es válido en nuestro país y en las operaciones internacionales provoca retrasos, incidencias y costes. Motivo por el cual el Comité Europeo de Estándares Bancarios (ECSB) estableció el IBAN, una identificación que puede utilizarse a nivel nacional y en el extranjero. Con el IBAN conseguimos muchas ventajas tales como disminución de errores, transmisión correcta del número de cuenta, facilidad en el tratamiento de los datos, rapidez de transmisió, etc.
El IBAN tiene la siguiente estrutura (en el caso de España el IBAN tiene 24 dígitos):
Para escribir nuestro IBAN tenemos dos posibilidades:
Formato papel, escribimos la palabra IBAN y a continuación todos los datos en bloques de 4:
Formato electrónico, se representa sin espacios de separación, con todos los dígitos seguidos: